La verdad es que no sabría decir por que decidí crear este blog. Lo más sencillo, sería reconocer que siendo el escribir historias algo que siempre me ha gustado. La posibilidad de exponerlas para que cualquiera pueda leerlas me incentivó a tomar la decisión. Sea como sea, esta resultando una interesante experiencia, un atractivo divertimento del que quiero hacer participe a todo el que guste.







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viernes, 6 de mayo de 2011

Mal rollo

No sabría decir por que pero estas últimas semanas ando un tanto apático. Tal vez sea por el trabajo, el desbarajuste de estos días festivos que rompen la dinámica habitual.  O el engorro de mi alergia que me acarrea la primavera. Bueno, el caso es que  como ya habréis notado ando un poco desconectado de nuestra comunidad blogera. Por suerte parece que mi mal rollo remite y eso me ha animado a escribir este post, inspirado en algo que también me trae algo mosqueado. Mi mujer creé que aunque raro al asunto no hay que darle muchas vueltas, probablemente tenga razón, pero en fin vosotros decidiréis.


Como ya he comentado en alguna ocasión. Tengo una perrita, –Dana- una cocker spaniel azul, cariñosa y zalamera. Es una animal muy sociable que en cuanto salimos a la calle busca llamar la atención de la gente. Así que desde que la tengo, he pasado de ser el vecino que saludaba de pasada, breve y educadamente. A  tener una relación de lo más sociable con el vecindario. Incluso gente que asegura que no le gustan los perros acaba saludándola  a fuerza de verla reclamar atención. Por si faltaba algo, vivimos a doscientos metros de una guardería y claro esta la pierden los niños. Por lo que si en ocasiones nos cruzamos con alguno que va llorando, podemos acabar montando un espectáculo. Una situación impagable esa abuela o esa madre intentando explicarle a la perra –que también gimotea desconsolada - por que llora el niño/a. Lo dicho un espectáculo.
El caso es que en el edificio de enfrente vive un matrimonio a los que siempre les ha hecho mucha gracia la perra. Ellos ya tenían un par de perritos mestizos antes de que a nosotros nos regalaran a Dana. Al principio, cuando empezaron a vernos a mi mujer y a mi pasearla. Siempre se acercaban a saludar y acariciarla. La esposa aseguraba que a su marido –que es un poco más retraído- le encantaban los cockers, y que la nuestra le tenía hechizado. Pero claro teniendo ya dos perritos coger otro ni pensarlo. La cosa siguió así durante meses. Dana por supuesto estaba encantada, cada vez que les veíamos tenía una buena ración de caricias.
A principios del año pasado mi mujer y yo comentábamos que ya no veíamos pasear a los vecinos con sus perros. Tampoco se veía como antes, a los animales asomados a la ventana de primer piso viendo pasar a la gente. Una tarde mientras paseaba a la perra les vi llegar con el coche y por supuesto Dana quiso acercarse a saludar. ¡Sorpresa¡ Traían un cachorro… una cocker color canela que ladró asustada al ver acercarse a una sorprendida Dana. Mientras el tranquilizaba al cachorro, la esposa me contó que habían llevado los dos perros a casa de sus padres. Se les había presentado la ocasión de comprar aquella perrita y el marido estaba súper ilusionado. En realidad buscaban un ejemplar azul como Dana, pero el criador solo tenía una camada de color canela. La perrita era un primor y les deseé que la disfrutaran y al llegar a casa se lo comenté a mi mujer que se quedó tan sorprendida como yo. Con lo satisfechos que siempre habían parecido estar con los perritos. Comentamos recordando a los dos animalitos.

                                                    
                                              

No volvimos a verlos, ni tampoco a la cocker canela. Según me contó la vecina unos meses después. La perrita resultó ser muy revoltosa, y tras un par de incursiones contra cortinas y sillones, decidió llevarla con los otros perros. El chalet de sus padres tiene parcela y allí los perros están mejor que en un piso. Encantada, Dana siguió recibiendo mimos y caricias.
Pasado un tiempo, una mañana mientras la paseaba miré distraído hacia la ventana de mis vecinos. Creí estar alucinando. Donde en otro tiempo se podía ver asomados a sus dos primeros perritos. Distinguí claramente una cabecita de lo más familiar.
-Los vecinos ya tienen su propia Dana- le dije a mi mujer cuando volví a casa. –Bueno no se si también será hembra, pero desde luego es un cachorro de cocker azul  clavado a Dana.- añadí, consiguiendo dejarla totalmente desconcertada.

Resultó ser una perrita, bueno mejor sería decir que resultaron ser dos, la perrita que yo había visto y su hermano un cachorro de pelo negro brillante. Mi mujer alucinó en colores, cuando nos encontramos a la vecina acarreando hacia el coche una jaula de viaje desde la que los dos cachorros nos miraron somnolientos. La perrita era idéntica a Dana y según nos explicó la vecina tenía sus mismas características. De hecho muy probablemente estuvieran emparentadas. Dado que el criador al que habían acudido es el mismo a quien nuestros amigos compraron a la madre de Dana. Por desgracia la primera perrita, la cocker canela, había fallecido a causa de una infección. Así que al empezar a buscar otra criador les confirmo que en esta ocasión si tenía una perrita como la que querían desde un principio. De entre toda la explicación ni a mi mujer ni a mi nos quedo muy claro que pintaba el otro cachorro en todo aquello. Pero la vecina parecía encantada, hablando maravillas del carácter apacible y cariñoso de la perrita. A mi todo esto me mosqueo un poco, especialmente por que una vez más no hemos vuelto a verles con ningún perro. Cuando nos los cruzamos el marido ya apenas nos presta atención limitándose a un saludo breve y apresurado. Ella sigue comentando que su perrita es muy buena –al cachorro ni nombrarlo- y saluda a Dana. Aunque la perra no parece tan ansiosa por estos mimos como antes. Vale, tampoco es que quiera hacer un drama de esto. Como dice mi mujer, que su comportamiento es un poco raro, si, lo es. Pero que lo más probable, es que la vecina haya decidido seguir teniendo la perra en casa de sus padres para evitarse tener que limpiar los pelos. Seguramente tiene razón pero tanto trasiego me mosquea. Por otra parte el cambio de actitud de Dana respecto a los vecinos es evidente. Y si hemos de tener en cuenta ese sentido especial que se supone tienen los perros para percibir cambios de comportamiento en las personas. Pues eso, supongo que entenderéis que sienta un cierto mal rollo.

19 comentarios:

Doctora Anchoa dijo...

Mmmm... qué mal rollo me da el comportamiento de tus vecinos con sus perros. ¿Qué tipo de persona manda a sus perros a vivir fuera porque se ha encaprichado de otro?

mamacuentista.blogspot.com dijo...

no me gustan esos vecinos tuyos, un perro pasa a formar parte de la familia, o por lo menos así lo entiendo yo, y eso de quitárselos de en medio...
yo también ando algo apática para escribir, será la primavera

Claire dijo...

La verdad es que es todo un poco raro... y eso de que van llevando a los perros al chalet de sus padres es su versión, aunque claro, tampoco se puede ser tan mal pensada. Cuando se tiene un perro se tiene y es para siempre. Me cuesta entender a la gente que se cansa y se deshace de ellos de una u otra forma, pero conozco a demasiada gente que lo ha hecho. Consideran a los pobres animalicos caprichos. Como de usar y tirar. Yo tampoco le daría muchas vueltas pero supongo que desconfiaría un poco de ellos..
Besos.

Marcos Callau dijo...

Pues lo entiendo, Juan, lo entiendo. Pero vamos, ha habido un momento en que creía que la historia era de Hitchcock y que tú eras James Stewart en "La ventana indiscreta" jejeje. La verdad es que no pinta nada bien la historia, qué quieres que te diga. En fin, espero que nos mantengas informados... Y por cierto, el cambio de actitud de Dana (yo me llamaba antes así en la blogosfera: Dana Andrews) es muy sospechoso.

Madame dijo...

ohhhhhhhhhh Juan... pues la apatía suele llegar, a mi a momentos me ataca, y más los viernes que ya no me dan ganas de salir a ningún lado (y peor que me lo recuerdan mis amigos que me dicen que llevo vida de vieja pero bueno). Espero ya sea algo pasajero y encuentres algo que te guste hacer mucho para que se te pase y vuelvas a ser el mismo de siempre...
Tu mascota, Dana, esta preciosa seguro y si la viera también tendría ganas de acariciarla... Mi sobrino adora a los cockers spaniel, pero como ya tenemos dos perros no podemos tener más... ahora en mi casa tengo mi mascota que es un yorkshire terrier y mi sobrino tiene uno que es chapi (es una raza de Bolivia)...
Lo que no entiendo de tu vecina es que solo quería una mascota como la tuya y no le importaba encariñarse con ellos... Para mi lo más importante es quererlos sea cual sea la raza o sean mestizos... son animales que te dan tanto cariño...
En fin... ya me extendi mucho creo jeee.. besos y abrazos Juan, levanta ese ánimo, nos estamos leyendo.

pseudosocióloga dijo...

Uyyyy, esto suena a la tercera dimensión, es raro, raro.

Meg dijo...

Totalmente desconcertante, y perdón por juzgar a personas que no conozco, pero para mi un perro es un miembro más de la familia, no se puede andar cambiando y soltándolo porque otro nos gueste más o de repente nos hartemos....Algunas personas deberían tener prohibido tener animales...

abril en paris dijo...

Sí parece una peli de misterio : El caso de los cachorros desaparecidos. Muy de Agatha Christie!!
o Sherlock Holmes quizás..:-) Habria que seguirles..no vaya a ser..jijiji
Bueno no sufras y sigue informando.
¡ Caprichosos si que son la verdad ! Parece que solo quieren perros de diseño ¬¬

¡ Lo que hay que oir..!

P.D. Preciosa perra la vuestra asi que provocas envidias..;-D

Un saludo afectuoso

Cecy dijo...

Yo que tu, me fiaría solamente de tu Dana.
Su instinto nunca falla.
Y amigo por las dudas cuídala mucho, que seguro tu y tu señora lo hacen.

Un beso.

Nacida en África dijo...

Mi querido amigo: Como dicen tus comentaristas aquí hay un comportamiento rarísimo y Dana como buena perrita ha calado a estas personas. Hay un dicho que más o menos viene a decir algo así como: "Si la envidia fuera tiña...". No podemos negar que son muy raros pero también que hay una buena dosis de envidia.

Brisas y besos para tí y para Dana.

Malena

Antony Sampayo dijo...

Hay que tener mucho cuidado pues hay vecinos que por no gustarle los perros los envenenan.

Abrazos.

Verónica dijo...

La astenia primaveral está haciendo estragos en la bloggosfera, jajajaj. El mío lo tengo cerrado temporalmente.

Qué fuerte lo de tus vecinos. A saber dónde han ido a parar todos esos perros. El grupo de adiestramiento al que llevo a Dama es también asociación protectora, y cada día se encuentran todo tipo de perros abandonados, tanto de raza como mestizos. Como ya te han dicho, fiate del instinto de tu perrita. No falla.

juan andrés estrelles dijo...

Mal royo total Doctora, sobre todo cuanto más lo piensas. Un abrazo.

Estamos de acuerdo mamacuentista a mi también me cuesta tener que seguír saludarles a un que sea de pasada. En cuanto a la apatía, si supongo que será la primavera. Pero animo, hagamos un esfuerzo. Un abrazo.

juan andrés estrelles dijo...

Si Claire, muy, muy raro. Pero la verdad es que como comprenderás prefiero quedarme con la versión del chalet. Un poco de recelo si les tengo la verdad. Un beso.

Hola Marcos. Te aseguro que hay momentos en que a mí también se me ha pasado por la cabeza algo así. Pero bueno, no nos salgamos de madre, tampoco es que me haya sentido espiado o seguido. En cuanto a lo de Dana estamos de acuerdo, es para tenerlo en cuenta. Un abrazo.

Gracias Madame por tus ánimos, por suerte parece que el muermo va remitiendo. Reconozco que me encanta quedarme tranquilamente en casa, disfrutando simplemente de eso, de estar en casa. Un beso.

Ya te digo Pseudo, de tercera dimensión y crónicas de misterio. Un abrazo.

Fabiana dijo...

¡Qué historia más rara!
No entiendo cómo la gente adopta animales y luego se los saca de encima como si nada.

Desde que tengo a mi Manu (un Schnauzer mini) entiendo lo que implica tener una mascota en casa. El amor que nos brinda no se compara con nada y ni quisiera pensar en que le pase algo porque lo quiero como a un hijo.

Saludos.

Andrea dijo...

Si, la primavera que acá es otoño nos tiene mal/extraños a todxs? jaja que extraño!
¿Qué será he? Ese intermedio entre invierno y verano quizás nos extrañe.
Saludos cuentista.

Fabiana dijo...

Estoy segura de haber comentado este post hace unos días. No se qué pudo haber pasado pero voy a comentar otra vez,
No comprendo cómo hay gente capaz de desprenderse de sus mascotas como si fueran "cosas". Con sólo mirarlos a los ojos alcanza para saber de su fidelidad.

Saludos.

juan andrés estrelles dijo...

Cierto Meg, la gente tendría que concienciarse más de la responsabilidad que conlleva tener una mascota. Especialmente si como suele ocurrir con los perros acaban efectivamente en convertirse en uno más de la familia. Un beso.

Gracias Abril.
Desde luego un poco de misterio si que tiene. Podéis estar tranquilos que si me entero de algo más seguro que quedareis informados. Un beso.

Gracias Cecy.
Es justamente lo que pensaba hacer. Otro beso para ti.

Gracias Malena.

Abrazos, Antony. Tengo mucho cuidado con eso y por suerte Dana esta adiestrada para no comer cosas que encuentre por la calle.

Gracias Verónica.
Seguiré el instinto de Dana. Siento muchísimo lo que me cuentas de tu blog. Animo y espero que solo sea una pausa temporal. Ya te echo de menos, un beso.

Saludos Andre, nos leemos.

Tranquila Fabiana, efectibamente leí tu comentario original pero blogger nos jugó una mala pasada. Un saludo.

JL dijo...

Si que da mala sensación el comportamiento de tus vecinos. Un perro no es un juguete y parecen bastante caprichosos... Espero que los animales no paguen las consecuencias.
Un abrazo