La verdad es que no sabría decir por que decidí crear este blog. Lo más sencillo, sería reconocer que siendo el escribir historias algo que siempre me ha gustado. La posibilidad de exponerlas para que cualquiera pueda leerlas me incentivó a tomar la decisión. Sea como sea, esta resultando una interesante experiencia, un atractivo divertimento del que quiero hacer participe a todo el que guste.







Para cualquier sugerencia, crítica u opinión.






jaestrelles@gmail.com






























viernes, 22 de abril de 2011

Koroliov. Historia de un desconocido.


        
La semana pasada se conmemoraba el cincuenta aniversario de la primera salida del hombre al espacio. El cosmonauta soviético Yuri Alekséyevich Gagarin escribía para siempre su nombre en la historia. Completando con éxito una misión, que confirmaba la hegemonía soviética en lo que por entonces empezaba conocerse como la carrera espacial. En la que sus rivales estadounidenses tenían que contentarse con ir a remolque. Los soviéticos ya habían sido los primeros en poner en orbita un satélite, el Sputnik y un ser vivo Laika. El nuevo éxito obtenido con el vuelo de Gagarin era pues la guinda del pastel. Pero detrás de todo esto como suele ocurrir con casi todas las cosas existía una larga en interesante historia.
                                                       
                                                 

Hace unos años la BBC produjo una mini serie que con el titulo de – como no – La carrera espacial. Relataba los entresijos de todo lo sucedido en aquellos años. Éxitos, fracasos, traiciones, la historia reúne todos los ingredientes. Si bien en su momento, se presentó como una muestra del poderío industrial y la capacidad de innovación de las dos súper potencias. A la hora de afrontar un reto tecnológico y científico. La rivalidad entre América y la Unión Soviética en este asunto tenía realmente un interés militar. Así que ninguno de los dos bandos dudo en echar mano de lo que fuera necesario a la hora de anticiparse a su rival y alcanzar sus objetivos.








Tras ciertas reticencias iniciales y forzados por la acuciante necesidad de resultados. Los norteamericanos terminarían confiando su programa espacial a Wernher von Braun. Un científico alemán y antiguo oficial de las SS, inventor de los cohetes V2, que durante el último periodo de la segunda guerra mundial, los nazis lanzaron indiscriminadamente sobre Londres. Paradójicamente, un ex nazi cuyos mortíferos cohetes fueron fabricados por esclavos judíos, a cabó pues dirigiendo el programa espacial Norteamericano. Convirtiéndose en un personaje mediático que igual protagonizaba portadas de revistas. Que presentaba programas de divulgación científica para millones de telespectadores. Todo esto era seguido con el máximo interés por su desconocido rival en el bando contrario. Si la historia de von Braun y su camino hasta el éxito eran oscuros y enrevesados. La de Serguéi Koroliov  no se quedaba atrás.


Koroliov responsable de la impresionante cadena de éxitos del programa espacial soviético. Sigue aún hoy siendo el gran desconocido de toda la historia. En 1938 tras un prometedor inicio profesional como diseñador aeronáutico. Fue condenado sin pruebas por un supuesto delito de malversación. Pasaría seis años en el brutal “gulag” siberiano de Kolima donde los trabajos forzados, la desnutrición y los castigos estarían apunto de costarle la vida. El estallido de la segunda guerra mundial y la necesidad de los soviéticos de de evolucionar armamento con que hacer frente a la invasión alemana. Hizo que la situación de Koroliov fuese revisada. Empezó a trabajar junto con otros científicos represaliados, desarrollando proyectos sobre sistemas de cohetes. Su capacidad física había quedado menguada por la estancia en el gulag, pero no así sus conocimientos que pronto le hicieron destacar. Terminada la guerra sus jefes decidieron seguir explotando las cualidades de Koroliov.
Al ocupar Alemania, el ejército soviético se apoderó de las fábricas donde von Braun y su equipo habían construido los  V2. Koroliov tendría que trasladar a Moscú  todas  aquellas piezas, maquinaria y documentación técnica para desvelar los secretos y posibilidades del hallazgo. Era un reto en el que Koroliov no podía fallar y no lo hizo. Superando todos los contratiempos, la versión soviética del V2 acabó siendo una realidad y cumpliendo las expectativas del ejercito rojo. Que por supuesto de inmediato exigió a Koroliov que desarrollara y perfeccionara aún más aquella tecnología.
Ironías del destino con apenas una parte de las teorías y conocimientos de von Braun,  y que este no lograba hacer comprender a los americanos. Koroliov sentó los cimientos de lo que sería el programa espacial soviético. Por supuesto se trato de un proceso muy largo. Repleto de presiones, inconvenientes y contratiempos a los que Koroliov hubo de enfrentarse sin descanso, con la amenaza constante de ser  destituido y caer en desgracia. Pues, ni aún a medida que se iban sucediendo los éxitos  las autoridades llegaron a proporcionarle un apoyo incondicional.   

Rizando el rizo de las ironías. Para sacar adelante todos estos proyectos se veía necesitado de trabajar estrechamente con Valentín Glushkó. Principal experto soviético en motores de cohete. En su juventud ambos hombres habían trabajado en otros proyectos pero su relación no había sido fácil. Pero además Glushkó era el responsable de la denuncia que supuso la condena de Koroliov al gulag.

La muerte sobrevino a Koroliov, cuya salud era muy delicada por su experiencia como prisionero. Antes de poder afrontar otro de sus grandes sueños, un viaje a la luna. Exceptuando a aquellos que participaban en el proyecto. Para el resto del mundo era un completo desconocido del que nada se sabía. Su persona, su propia existencia, había sido un secreto de estado celosamente guardado por las autoridades soviéticas. Que llevaron a Nikita Jrushchov a rechazar la concesión del premio Novel. Según las autoridades soviéticas los logros del programa espacial se debían al esfuerzo colectivo del pueblo y los trabajadores soviéticos. Koroliov se quedó sin premio. Sus impresionantes logros estaban a la vista de todos. Pero no fue hasta después de su muerte cuando se le concedió un mínimo reconocimiento público. Que desde luego no hizo mucho honor a sus meritos ni llegó a darle a conocer. Los nombres e historias de Gagarin, Sputnik, Laika, que quedaron en la mente del público y que se recuerdan y celebran están ligados al de Koroliov. Solo que pocos conocen, ni celebran la historia del propio Koroliov.
                                           
 

martes, 19 de abril de 2011

Un beso de Madame


Madamemilagros, esa bloguera excepcional. Ha decidido incluirme entre una serie de premiados que ha decidido confeccionar. El nombre del premio, El Beso de Oro así como alguno de los meritos por los que se entrega. La verdad es que en principio me han dejado un tanto descolocado. Pero pasada la sorpresa y aún pensado que no me lo merezco. Tengo que reconocer que me ha hecho mucha ilusión.

Según Madame,  premia nuestra calidad humana así como nuestros escritos. Personalmente intento ser buena persona, aunque tampoco creo que haga nada especial por conseguirlo. Me limito a vivir mi vida sin grandes pretensiones. Interfiriendo lo menos posible con la de quienes me rodean. Valoro y disfruto con la amistad de mis –pocos- amigos e intento ser lo más feliz que puedo con mi mujer. En cuanto a mis textos. En más de una ocasión, ya he contado que jamás esperé que la gente respondiera tan positivamente como lo esta haciendo al contenido de mi blog. Cada comentario, cada felicitación, cada critica, es como un pequeño premio que me hace desear seguir escribiendo. Esto empezó como una pequeña aventura que con vuestro apoyo se convirtió en un bonito sueño. Gracias a todos por animarme a seguir soñando. Gracias Madame, un beso.

jueves, 14 de abril de 2011

Efectos secundarios.

No soy aficionado al fútbol. Así que muy interesante tiene que estar un partido, juegue quien juegue, para que aguante viéndolo más de un cuarto de hora. Leo, eso si la prensa deportiva. Cuyas crónicas y columnas de opinión sobre fichajes, arbitrajes tendenciosos y maniobras e intereses de unos y otros. Pueden resultar en muchas ocasiones verdaderamente entretenidas. Este fin de semana por ejemplo, se jugó un derbi de máxima rivalidad regional entre el Valencia y el Villarreal. Durante los días que lo precedieron. A parte de sobre estrategias de juego, potencial de los equipos y de más asuntos relacionados con un encuentro de este tipo. Se habló y mucho sobre el color de la equipacion con que tenía que jugar el Valencia. Al parecer desde la directiva se planteó la posibilidad de optar por lucir la segunda equipacion, de color naranja y negro. En lugar de la primera, blanca y negra. Se trataba por supuesto de una jugada de markting. Pensada para aprovechar el tirón de un partido importante para potenciar la venta de los productos con los colores de menos demanda. La reacción de las peñas, el público en general e incluso de los propios jugadores fue de inmediato, totalmente contraria a la idea. Y finalmente la directiva hubo de recular, se jugaría con la equipacion tradicional. Los clubes y las marcas deportivas que les equipan cambian cada temporada los diseños de las equitaciones. Haciendo que los seguidores tengan que rascarse el bolsillo si quieren estar a la última. Pero esta última jugada del club para intentar pescar unas cuantas ventas más no ha sentado nada bien a la afición que ha protestado contra el exceso de afán mercantilista. El caso es que todo esto me ha hecho recordar una anécdota tal vez no muy conocida ocurrida en la NBA.


Sucedió en Nueva York y creo que ilustra bastante bien que en ocasiones los intentos por involucrar al público con su equipo sacando de paso un beneficio comercial tiene sus inconvenientes. Aquel año entrenaba a los New York Knicks el mismísimo Pat Riley y el equipo parecía tener posibilidades de conseguir algo importante. Riley responsable de la creación del alabado Showtime con el que había logrado ganar cuatro títulos con los Lakers. Tubo bien claro nada más hacerse cargo de la plantilla de los Knicks, que aquello no tenía nada que ver con su ex equipo. La calidad y capacidad de sus nuevos jugadores tenían poco en común con las de Magic y compañía. Por lo que el en el planteamiento del juego del equipo quedaba poco espacio para florituras y refinamientos técnicos. De manera que el elegante y refinado Riley, siempre impecablemente trajeado, bronceado y repeinado. Se transformó –sin perder su inmaculado aspecto- en una especie de sargento de hierro. Que fustigó sin piedad a sus jugadores hasta transformarlos en auténticos gladiadores. Aquellos aguerridos  Knicks basaron su juego en una asfixiante y desquiciante, capacidad defensiva que acababa bloqueando a sus rivales. Tras ir perfeccionando el nuevo sistema los resultados empezaron a llegar. Los Knicks iban sumando victorias y se convirtieron en un rival peligroso para cualquier equipo, por potente que fuera. La ciudad, los seguidores y la cruel prensa especializada de New York empezaron a creer en las posibilidades del equipo. El sistema ultradefensivo de los Knicks convertía la recta final de los partidos en un suplico para el rival. Especialmente si jugaban en casa. El público del Madison añadía entonces un punto extra de presión. Jaleando a los suyos, defensa, defensa, defensa, coreaban extasiadas las gradas. Incentivando a los suyos cada vez que los rivales tenían el balón e iniciaban un ataque. Es muy complicado ganarle a un equipo si no puedes hacer canastas. Para los contrarios el aro de los Knicks parecía entonces un objetivo inalcanzable.

Aprovechando la coyuntura, una gran cadena de pizzerías de la ciudad decidió lanzar una campaña promocional. Canjearían una porción de pizza gratis, por cada entrada de un partido en que los Knicks consiguieran dejar a sus rivales por debajo de los ochenta y cinco puntos de anotación. Los aficionados estuvieron encantados y la iniciativa tuvo un éxito impresionante. Pero apenas dos semanas después los directivos de los Knicks hubieron de solicitar a la cadena que la promoción fuera retirada. Ni a la directiva, ni al flemático Riley, les pareció seria aquella imagen de los últimos minutos de los partidos. Con las gradas del Madison  puestas en pie y el publico totalmente entregado animando a los suyos al grito de … Pizza, pizza, pizza.
                                                    
                                   

sábado, 9 de abril de 2011

El buzón

Siete de la mañana acabo de relevar al compañero que hace el turno de noche y me dispongo a prepararme un café para empezar la jornada. Entonces oigo la puerta de la entrada y unos pasos en la escalera que llevan a recepción. -¿Un cliente tal vez?- La cadencia de los pasos no tienen nada que ver con los del el panadero el único al que espero a estas horas. Así que me adelanto a ver quien es. Se trata de una señora de unos sesenta años que me sonríe distraída. La conversación ha transcurrido más o menos así.

-Buenos días- dice adelantándose a mi saludo.
-Buenos días- respondo.
-¿Dónde tenéis el buzón para el correo?- pregunta decidida la señora.
-Perdón
-El buzón, el buzón de correo para enviar las cartas.- aclara. Enarbolando un par de sobres perfectamente sellados y cumplimentados -Aquí vosotros y los clientes enviareis cartas. ¿No?- inquiere mirando alrededor en busca de su objetivo. Mientras empieza a decirme que quiere enviar las cartas a unos amigos. Y había pensado que en el hotel tendríamos algún tipo de consigna o algo por el estilo para enviar el correo. Mi semi adormilado cerebro procesa rápidamente –bueno igual no tan rápidamente- la información. Y tras descartar la imagen de una parada de postas del pony express. –Lo primero que me ha venido a la mente-  Me repongo para responder a la pregunta.
                                                 

-Hay un buzón de correos en la esquina.- informo. Haciendo un vago gesto hacia la calle situada a espaldas del hotel.
-¿De correos? ¿En la esquina?- repite mirándome desconcertada.
-Si, conforme sale a la izquierda, rodeando el hotel.  
-¿Pero eso va?- pregunta en tono incrédulo. Mirándome como si pensara que trato de tomarle el pelo. –Seguro que esta en uso que funciona. Parece que este abandonado.- añade atropelladamente abriendo unos ojos como platos.
-Si claro, esta en servicio. Como le decía nosotros lo utilizamos.- aseguro en tono conciliador. En tanto por mi cabeza pasa el recuerdo de Bette Davis interpretando a la entrañable Annie Manzanas. En aquel genial clásico de Capra, Un gangster para un milagro.
-¿Seguro? Pero si esta sucio y todo oxidado.- cuestiona desconfiada -¿Y quien recoge las cartas, los carteros?- se resiste desconfiada mi Annie particular que no tiene nada de entrañable.
-Si bueno la verdad es que el pobre buzón esta hecho polvo.- reconozco -Pero hay un servicio que recoge el correo periódicamente.- explico resignado. Empiezo a sentirme como Alegre, otro de los personajes de la película cuyo carácter no era precisamente ni alegre ni paciente.
-¿Entonces sus cartas llegan al destino?- por su tono no parece que se lo crea.
-Por el momento nunca hemos tenido ningún problema.- digo. Antes de que me interrumpa con un ademán impaciente.
-Es increíble.- proclama a modo de despedida. Dando media vuelta para salir mientras sigue refunfuñando. Contra correos, el buzón y todo el servicio postal. Rápidamente me cruzó el comedor y voy a asomarme al ventanal que da a la calle de atrás. Desde aquí no alcanzo a ver el buzón pero tras unos segundos si veo a la señora pasar con sus cartas. Casi dos minutos después regresa ya sin ellas. Solo espero que correos no me falle.
                                                       
                                        

lunes, 28 de marzo de 2011

Transición

Mierda- gruñó contrariado viendo que había olvidado la mostaza en la cocina. Acababa de dejarse caer en el sillón y ahora tendría que volver a levantarse. Menuda putada rezongó con resignación, incorporándose pesadamente, no le quedaba otra. Un buen solomillo como aquel requería su ración de mostaza. Se dijo mientras iba apresuradamente a la cocina. Ya de vuelta, cayó en la cuenta de que no había bajado al garaje a por el móvil. Tenía que estar en la furgoneta puesto que no lo veía por ninguna parte. -Que le den-  Bajaría a buscarlo en el descanso. Decidió ocupando el sillón, con solo ver la carne se le hacia la boca agua.
El inicio del partido prometía, una serie de jugadas de peligro se sucedieron en ambas áreas despertando expectación. No era un gran fan del fútbol en particular. Pero ya que aquel jodido resfriado le había chafado el plan de salir el fin de semana con los amigos a cazar. Al menos se entretendría con algo mientras degustaba el solomillo. Afortunadamente el resfriado no le había afectado al apetito. Y seguro que su cuerpo le agradecería que degustara aquel festín antes de endosarle las preceptivas dosis de jarabe y antibióticos recetados por el matasanos de la mutua.      

Por desgracia la emoción del juego terminó casi a la par que la carne. Tras un inicio trepidante los equipos se apelotonaron en el centro del campo. El partido se trabó convirtiéndose en una sucesión de faltas y pelotazos sin sentido. Lo que aprovechó para llevar los platos a la cocina y hacer algo de zaping. No hubo suerte la programación era un asco comprobó resignado, volviendo al fútbol. Estaba tomándose el antibiótico cuando la cosa pareció animarse otra vez.  El equipo local creo un par de ocasiones de peligro que los visitantes contrarrestaron en un contraataque que acabo en corner. -El partido esta vivo- proclamó satisfecho el comentarista saliendo de su apatía. En medio de todo aquel correcalles un delantero local controló el balón, dribló a su marcador, encaró el área rival… y fue derribado por otro defensa. La grada estalló en protestas mientras todos los jugadores acudían al lugar encarándose entre ellos. ¿Estaba fuera del área o estaba dentro? Era una jugada confusa que la repetición no terminaba de aclarar.
-Ya esta, al lío- bufó. Cuando los jugadores de ambos equipos rodearon al arbitro para protestar. La había pitado fuera. Tres minutos, unos cuantos empujones y aspavientos y un par de tarjetas después, la tangana quedo sofocada.
-Tanto barullo para nada.- resopló con fastidio. Viendo que finalmente el encargado de tirar la falta enviaba el balón a la grada con un lanzamiento propio de un ensayo de rugby. Una vez más la acción volvió a estancarse. Estaban apunto de llegar al descanso comprobó arrellanándose en el sillón, apenas quedaban cinco minutos. Tan solo necesitó dos para quedarse dormido.  

 Despertó sintiendo el cuerpo envarado y dolorido. El maldito resfriado le había tenido todo el día machacando. Pero ahora era como si de golpe se le hubiera ido a sentar encima, aprisionándole contra el sillón. Era una sensación desagradable, tal vez no había sido una buena idea salir de la cama. En la tele se sucedía un bloque de anuncios, el fútbol parecía haber acabado. Estaba pensado que lo mejor sería acostarse, cuando el inicio de una película captó su atención. No reconoció ninguno de los nombres de los títulos de crédito. Si bien por el formato de la presentación debía tratarse de uno de esos telefilmes presuntamente basados en hechos reales. Algún melodrama seguro, rumió adormilado. Sería mejor que se acostara, tenía que levantarse, tenía que ir a la cama.

El melodrama estaba en pleno apogeo cuando entreabrió los ojos. La protagonista recorría apresuradamente la casa con expresión angustiada comprobando puertas y ventanas. Por supuesto era de noche y la banda sonora se acelero anunciando un momento de tensión. Que no sirvió para despejarle. Pues lentamente empezó a notar como de nuevo el sopor le invadía. Pese a sus esfuerzos los parados se le cerraban. Al menos los dolores parecían haber remitido un poco.

¿Qué era eso? ¿Había sonado el timbre, o era el teléfono? Se dijo abriendo los ojos de golpe y agitando levemente la cabeza. No, no podía ser el teléfono, recordó cayendo en la cuenta de que había olvidado el aparato en la furgoneta. Tendría que bajar a por el de una vez, no fueran a llamarle del curro para pasarle algún aviso y entonces si que se iba a liar. Rumió con un suspiro de fastidio, sentía la boca pastosa. Nadie volvió a insistir con el timbre, seguramente no era eso lo que le había despertado. ¿Qué hora sería? Tardísimo seguro, asumió. En el televisor tras un par de anuncios de tarot apareció otro de una línea erótica. Era uno de esos largísimo anuncios donde se van alternando imágenes provocativas acompañadas por una narración igual de insinuante y adormecedora.

El medicamento parecía haber echo su efecto ya no sentía molestias. Tan solo tenía frío y sueño, mucho sueño. En la pantalla una rubia enfundada en un mini vestido. Le animaba a completar el refrán del panel luminoso que tenía a su espalda. Solo tenía que llamar al número que aparecía sobre impresionado en la imagen. Le recordaba machaconamente mientras se agitaba provocativa al ritmo de la música. Volvió a cerrar los ojos.

Ya no se escuchaba la música. Más bien parecía sonido de voces, como de una conversación. Sintió un escalofrió.

Finalmente parecía haberse hecho el silencio. Incluso el dolor y el frío habían desaparecido.

El rumor de unas voces que sonaban como alejadas fue aumentando poco apoco. Al principio no entendía lo que decían pero pronto empezaron a sonar más cercanas.

Entonces le vio, un tipo impecablemente trajeado se plantó frente a el. ¿Quién era aquel tipo? ¿Qué estaba haciendo en su casa?

-¿Esta bien ya pueden llevárselo?- dijo el hombre con desgana. Llevándose un pañuelo a la nariz y dando media vuelta, para desaparecer por la puerta con gesto apresurado.

¿Llevárselo? ¿Qué coño estaba pasando?

-Mira que bien eso podría haberlo dicho yo hace dos horas.- refunfuñó entre dientes un tipo alto y espigado. Que aguardaba a un lado en compañía de otro más bajo y calvo en los que no se había fijado.
-Claro, solo que el es el juez y nosotros los currantes. Así que aligeremos.- gruñó el calvo acercándose a la puerta y asomándose al pasillo.-Listo chicos todo vuestro, acabemos de una vez.- dijo chasqueando los dedos con gesto decidido.
Fue todo muy rápido. Tres desconocidos equipados con monos y caretas entraron en el salón y se dirigieron hacia el. No sintió nada cuando le arrebataron el cuerpo hinchado. Ni siquiera se dio cuenta de donde había salido aquel ataúd al que fueron a parar sus restos tras levantarlo del sillón y meterlo en un saco de plástico.

Mientras, ajenos a su presencia toda aquella gente seguía moviéndose de aquí para allá.
El calvo y su compañero empezaron a repasar las notas de un cuaderno. Cuarenta y tres años, divorciado el aviso lo habían dado sus compañeros después de que faltara un par de días al trabajo. La autopsia tenía la última palabra pero al parecer se había tratado de un infarto que probablemente pudo sufrir el sábado por la noche. Enumeró el calvo entono monocorde como recitando una letanía.
-Listo- concluyó el tipo alto cerrando el cuaderno.

Fue un autentico mazazo que le hizo comprender horrorizado. Tres días, habían pasado tres días antes de que alguien  decidiera buscarle. Confuso y desconcertado descubrió que pese a ser incorpóreos los fantasmas seguían teniendo la capacidad de llorar.

jueves, 17 de marzo de 2011

EL DINERO ES DEUDA (de los de siempre)

El dinero es deuda es un documental sobre el funcionamiento del sistema financiero que tuve la suerte de poder ver la semana pasada. La verdad es que es que esta muy bien y lo recomiendo. Con una elaboración de contenidos sencilla y didáctica el resultado es fantástico. Permitiendo que el espectador asimile fácilmente conceptos que de otra forma podrían resultar un tanto complejos. Desde el origen de la banca, hasta el actual sistema financiero el documental repasa la evolución de lo que conocemos como economía. Ofreciéndonos un enfoque claro de los motivos de los vaivenes económicos y financieros. Las conclusiones a las que llega no resultan desde luego nada edificantes. Pero tras reflexionar sobre el desarrollo del tema me temo que no pueden resultar más acertadas. Lo dicho un gran documental.

                                                        

Mientras elaboraba la reseña que encabeza este post salió la noticia sobre el cierre de las operaciones para la fusión de las cajas. Pues eso que el descalabro barra agujero, de las cajas y de algún que otro banco que finalmente también se ha colado de rondón en la lista. Ya tiene mira tú por donde, una cuantía estimada, ojo. –Que con estas cosas ya se sabe- Groso modo 5300 milloncejos de nada. Vamos que podemos darnos con un canto en los dientes por que según pintaba la cosa la broma nos podía haber salido por un pico… y una pala.

La noticia que ha sido profusamente anunciada –y publicitada- por el gobierno y los medios como positiva. Positivísima, oye ideal de la muerte. Se supone debe contribuir a reforzar la confianza del mercado y los inversores en la parte más sensible del sector financiero español. Total según parece 5300 millones son pecata minuta. Comparados con las estimaciones que tanto de los analistas internacionales como de los nacionales auguraban para el asunto. El importe de lo que en teoría. –Teoría oiga que aquí no se moja nadie- Podía suponer el rejunte del sector de las cajas. Debía ser según todos estos sesudos analistas bastante más cuantioso. Así que lo dicho, descorchemos el cava –que digo cava- que sea champán del bueno. Semejante logro hay que celebrarlo como procede. Total igual que pagaremos los 5300 MILLONES de marras, lo mismo podemos hacernos cargo de una ronda de Moët  Chandon. Total ya puestos.
Por que claro señoras y señores, como no podía ser de otra forma. Con este nuevo traspié económico también nos va a tocar bregar a los de siempre. Los anónimos ciudadanos de a pie que aguantamos estoicamente cualquier cosa que se nos echen encima. Acaso lo dudaban.

En teoría las cajas de ahorros son entidades financieras que fueron creadas para realizar una labor social. Funcionan como banco pero se supone que parte de sus beneficios deberían revertir en la comunidad. El inconveniente es –como no podía ser de otra forma.- que la presencia de cargos políticos en sus órganos de dirección. Acaba provocando que estas cajas pasen a ser controladas por el partido político de turno que gobierne la región. Hasta tal punto que en algunas comunidades. Las cajas eran poco más que una extensión de las conserjerías de economía. Una hucha de la que los gobiernos de turno echaban mano a conveniencia. Sin tener que rendir cuentas ante nadie.  
Hace menos de dos años Islandia, el paradigma de la sociedad del bienestar y la estabilidad económica y social. Pasó de ser un país rico y con los mejores estándares en calidad de vida. A verse obligado a pedir urgentemente la ayuda de los “primos” escandinavos y del fondo monetario internacional para salvar la bancarrota económica. Ni el banco central ni el gobierno fueron capaces de afrontar el terrible caos económico provocado por una deficiente planificación del sistema financiero islandés. El hasta ese momento alabado –como no podía ser de otra forma- sistema educativo islandés debe de flojear en la formación de economistas por que si no, no se explica semejante descalabro. Por que la cosa tiene tela. De país rico y boyante, a tener que ser intervenido económicamente y aparecer en la lista de morosos. Es como para mosquearse. Claro que tal vez el asunto si tenga alguna que otra explicación. Los islandeses seguro que darán con ella. Para empezar, hurgando un poco una de las cosas que seguramente contribuyeron al desastre podría estar en quienes manejaban el dinero. Tradicionalmente la jubilación dorada de los primeros ministros del país. Terminaba siendo ocupar un cargo en el consejo directivo del banco central, presidentes, vicepresidentes. No es coña, dejaban de gobernar el país y pasaban a tener llave de la caja. Es comprensible la poca enjundia de los economistas en Islandia, a sí es imposible. El caso es que los islandeses lo están pasado mal, pero ya han tomado buena nota de los errores y se están poniendo las pilas para arreglar el desaguisado. A los responsables se les va a caer el pelo.

Aquí donde la fusión y el saneamiento de las cajas era si o si una cuestión de estado. La cosa se arreglara como de costumbre. A saber, si finalmente van a ser 5300, millón más millón menos. -Seguro que serán más para que nos vamos a engañar.- Pues el gobierno aflojara la pasta y todos tan amigos. Al agujero de las cajas no se le buscara responsables a los que exigir responsabilidades. No se auditará como o en que se generaron esos millones de pérdidas. Aquí de eso ni hablar. Los mismos políticos que hace unos meses se acusaban entre ellos –en ocasiones incluso dentro del mismo partido- de estar malgastando sin freno las reservas de las cajas. Tienen muy claro que con las fusiones y el plan de saneamiento del otro día, el tema esta zanjado. Así que tabla rasa y pelillos a la mar. Aquí no valen ideologías ni sentimientos ni vergüenza torera. Basta con pasar la gorra con cargo al erario público y que los ciudadanos acabemos pagando por sus desmanes. Mientras ellos con la bolsa nuevamente llena se preparan para volver a meterle mano.

           

viernes, 4 de marzo de 2011

Entre costuras, películas, libros, conciencia y (falta de) sentido común

Acababa de sentarme frente al televisor. Llevaba ya un rato encendido pero al estar jugando con Dana la verdad es que no le había prestado ninguna atención. Entonces reparé en las imágenes, un grupo de fotógrafos y cámaras de televisión rodean a alguien que avanza en medio de esa melé. Una oscura figura de larga melena y con un amplio sombrero.

John Galliano acude a declarar a comisaría y podría ser acusado por unas presuntas agresiones e insultos antisemitas.

Leo en un titular que aparece al pie de las imágenes. Es solo el principio, descubro desconcertado. Cuando al desarrollar la noticia aparecen unas imágenes caseras en las que el modisto evidentemente borracho. Increpa a quienes manejan la cámara profiriendo “perlas” del estilo. Amo a Hitler, con el, vuestros padres y familias habrían acabado en la cámara de gas. Al parecer el escándalo y la denuncia que han saltado ahora tienen que ver con un suceso ocurrido un par de semanas atrás. Pero las imágenes del video corresponden a otro altercado ocurrido en  2010. Así pues no se trataba de lo que llamaríamos un “calentón” provocado por una circunstancia en particular. Que aunque reprobable y difícilmente justificable, habría terminado por ser superado. Quedando como una de esas manchas negras que todo genio arrastra consigo de por vida. Pero no, parece claro que este no es el caso. De confirmarse la veracidad de ambos sucesos. -En el de las imágenes no cabe duda alguna- Supondría que Galliano, este enfant terrible de las pasarelas que relanzó a una decaída Dior como firma de referencia de la moda. Tendría una desagradable predisposición a utilizar insultos y alusiones antisemitas al perder los estribos. Una actitud del todo intolerable y más por cuando ambos sucesos habrían tenido lugar en una zona tradicionalmente judía de Paris. Un comportamiento lamentable que ha desencadenado sus consiguientes consecuencias. Tanto para el modisto –Despido, tal vez no tan fulminante como se ha insinuado- como para el prestigio de Dior. Que de entrada sufrió el comprensible plantón de la actriz Natalie Portman, de origen hebreo, e imagen de la marca. Quién rechazó el vestido de Dior que tenía previsto lucir en la entrega de los Oscar. Con la consiguiente repercusión mediática.

                                             

Hace unos días acabé de leer El tiempo entre costuras. Uno de los éxitos literarios del año pasado, que Mama Cuentista me había recomendado hace algún tiempo. El libro esta muy bien y pensaba escribir un pequeño post para comentarlo. Pero de pronto me encontré con que en lugar de comentar las aventuras de una costurera de pontín. En la España del periodo de la guerra civil y la segunda guerra mundial. En mi cabeza empezaba a tomar forma otro tipo de reflexiones. – Son cosas que me pasan que se le va a hacer.-

Esta última semana con motivo del aniversario del 23F a aparte de los actos oficiales y las consiguientes referencias y alusiones a todos aquellos sucesos. Se pudo constatar en diferentes encuestas, más o menos serias. El escaso conocimiento de lo sucedido que parece tener un importante sector de la población más joven. Confusiones como relacionar la intentona golpista con Franco y cosas por el estilo. Provocaron el rubor de muchos ante tan evidente desconocimiento de la historia reciente. Así como un alubión de artículos y referencias en los medios a la falta de perspectiva social e histórica mostrada por la juventud. Por descontado también en esta comunidad a la que pertenecemos  surgió la cuestión. Varios de vosotros lo comentasteis acertadamente en vuestros blogs. Bastante  gente lo comentaba  en la calle en el trabajo. Detener el intento de golpe de estado y apostar definitivamente por la democracia. Fue un momento histórico que marcó –con todo lo que ello significaba- aquel pasado. Propiciando en buena manera nuestro actual presente. Una apuesta decidida en defensa de la libertad. Que ahora es evidente que a las nuevas generaciones les suena –en el mejor de los casos- como algo bastante remoto. Que no parecen valorar como se merece. 

Claro que si nos paramos a analizarlo un poco la cosa tampoco nos tendría que extrañar tanto. En una ocasión hablando con mi mujer y unos amigos sobre las deficiencias del los sucesivos planes educativos. Se comentó que las tremendas reducciones de temarios convertían algunas asignaturas poco más que en un montón de resúmenes esquemáticos. A lo que había que añadir las ingerencias de las distintas comunidades que suponían otro lastre más para el sistema.
No podemos quejarnos del desconocimiento y la escasa preparación que muestran los jóvenes en según que materias. Si la planificación de su educación se parece más un puzzle donde en ocasiones las piezas son encajadas a empujones y en cuya resolución todo el mundo pretende tomar parte. Aún sin prestarle verdaderamente demasiada atención al resultado final. Que no es otro, al menos en una gran mayoría de los casos. Que el de unos alumnos razonablemente formados en aquellas especialidades a las que piensan dedicar su vida profesional. Pero con unas carencias considerables en su formación general.
Conozco adolescentes –españoles- de mi entorno. Con verdaderos problemas para hilvanar media docena de frases seguidas en castellano. Y que afortunadamente lo entienden a fuerza de ver la televisión y navegar en Internet. No es pues tan de extrañar que a muchos de nuestros universitarios la republica, la guerra civil y sus consecuencias les suenen a chino. Aquello es para ellos una historia equiparable al menos con lo de los reyes godos. A los que alguno seguro que tomaría por personajes de El Señor de los Anillos. Estas lagunas educativas y de formación son por supuesto extrapolables a las jóvenes generaciones del resto de los países que nos rodean.

Hay un refrán que dice que aquellos polvos trajeron estos lodos. Cada vez con más frecuencia el desconocimiento de la historia y sus repercusiones, especialmente en cuestiones tan sensibles. Impide que nuestros jóvenes tomen consciencia de la importancia de algunas cosas que ocurren a su alrededor. El auge en toda Europa de organizaciones de extrema derecha o de ideología xenófoba es más que evidente. Con todo lo que ello supone. Tras sucesos como el de Galliano siempre acabo pensando que documentales como Shoah o películas como La solución final deberían ser incluidos en los planes de estudio para intentar concienciar a la gente. 

                                                

Las dictaduras, las guerras, la represión, los holocaustos judío y armenio, todo ello queda demasiado lejos. Aquel que olvida su historia esta condenado a repetirla. Advierte otro refrán. Tal vez por eso se dice Eisenhower hizo filmar las atrocidades de los campos de exterminio. Para que ningún idiota pudiera poner en duda lo sucedido. Lamentablemente estamos permitiendo que nuestros jóvenes olviden, duden o ninguneen demasiadas cosas. Así es como todo un personaje público, por muy estrafalario que sea. Acaba diciendo semejantes barbaridades en plena capital de un país donde Zola escribió el Yo Acuso y cuyo lema es libertad, igualdad y fraternidad.

                                           

Mientras escribo este post me han entrado ganas de  releer por décima vez Paradero desconocido. Todo un alegato que ya comentaré en otra ocasión. Galliano y la gente como el probablemente lo despreciarían. Pero estoy seguro que vosotros sabréis valorarlo.